Una Mirada diferente a las promesas de Dios.
“Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses, porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey” (Heb. 11:23).
Pr. Domingo Guzmán
Uno de los personajes más influyentes de la Biblia es, sin duda, Moisés. La sola mención de su nombre evoca los momentos más importantes del pueblo de Dios. En esta oportunidad me toca reflexionar un poco acerca de lo que dice hebreos 11:23 sobre un hecho muy relevante en el nacimiento de este gran líder.
Aunque el texto hace mención de Moisés, en realidad la fe de la que habla el mismo no es la de este, sino la de sus padres. Amram y Jocabed.
Este elemento me hace reflexionar sobre la importancia del contexto bíblico, pues podemos llegar a pensar que la fe a la que se hace mención en hebreos 11:23, es la de Moisés. Sin embargo, fueron sus padres los que ejercieron una fe sin vacilación, en un momento trascendental, que de seguro desafíó lo más profundo de sus creencias.
Como hijos de Dios usted y yo en algún momento de nuestra vida, seremos desafiados a tomar decisiones en las que nuestra fe será puesta a prueba, y es precisamente en momentos como ese, cuando nos damos cuenta del valor que tiene creer sin explicaciones.
El contexto histórico de estos hechos evoca un momento muy singular en la historia del pueblo egipcio, cuando asciende un nuevo faraón que desconoce la incidencia de José y de su pueblo en su nación, y con el deseo de preservar la salud social y política, inicia un proceso de distanciamiento político con los israelitas, primero económica y luego socialmente, al punto de convertirlos en sus esclavos.
Esto llevó al faraón a tomar decisiones tan extremas como la de mandar a matar a todos los niños varones que nacieran, con el temor de que ese pueblo siguiera creciendo y multiplicándose, al punto de convertirse en un peligro de venganza contra él y su nación.
Estas medidas tan extremas provocaron incertidumbre en todo el pueblo de Israel, que se encontraba establecido en Gosen, una región en la que el faraón previo, había establecido a los descendientes de Jacob, y estos allí se había multiplicado de una forma milagrosa.
La acción de Jocabed y su esposo, refleja un alto temor hacia Dios de parte de estos dos esclavos, al preferir enfrentarse a la muerte antes que atreverse a cometer un acto de crueldad tan grande como entregar a un recién nacido en manos de unos verdugos.
¿Qué podemos aprender de este hecho?
En primer lugar, la fe de estos padres debe hacernos reflexionar en cuanto a lo que seríamos capaz de hacer con la finalidad de ser obedientes a Dios. La Biblia hace referencia al hecho de que sus padres al ver al niño “hermoso” tuvieron temor y lo escondieron. En relación a esto la señora Elena G. de White dice:
“Mientras este decreto estaba en vigencia, les nació un hijo a Amram y Jocabed, israelitas devotos de la tribu de Levi. El niño era hermoso, y los padres, creyendo que el tiempo de la liberación de Israel se acercaba y que Dios iba a suscitar un Libertador para su pueblo, decidieron que el niño no fuera sacrificado. La fe en Dios fortaleció sus corazones, y no temieron el mandamiento del Rey”. PP 248
De alguna manera la belleza de Moisés trajo a la memoria de los hijos de Dios la belleza de las promesas de nuestro creador. Cómo mensaje importante para nosotros en este tiempo, no podemos olvidar que maravillosas son las obras de nuestro creador, y que tener en nuestra mente en todo tiempo las promesas que el Señor ha dejado para cada uno de sus hijos, será de vital importancia para que nuestra fe sea fortalecida en los momentos difíciles que tendremos que enfrentar en los últimos días.
¿Cómo están las promesas de Dios en tu memoria?
Necesitamos traer a nuestra mente todo lo que Dios ha prometido a cada momento. El simple recuerdo de una promesa, puede llegar a nuestra mente y cambiar por completo la perspectiva de las cosas que estamos viviendo. En el momento en que Jocabed, fue impresionada por la belleza de su hijo, en su mente se presentaron las promesas de Dios, nada hay más hermoso que una promesa, que un así ha dicho Jehová.
En mi experiencia personal albergó siempre en mi corazón varias promesas del Señor. Y estas han sido en momentos muy difíciles para mí, el único sostén.
Alabó al señor por sus maravillosas promesas.
Jocabed No olvido que Dios había prometido un Salvador para su pueblo, y ante la hermosura de su bebé recordó esas promesas.
En segundo lugar, el acto de esconder a su hijo represento la acción que necesitamos ejercer sobre la base de la fe que tenemos en Dios. Un verdadero creyente no se limita a la simple expectación, trabaja en armonía con lo que cree y llena de acción cada alforja de esperanza que hay en su corazón. Si algo podemos extraer de positivo en esta historia, no es otra cosa sino el hecho de que la fe de estos padres esclavos se reflejó en un acto heroico al desafiar un decreto del faraón y creer en la promesa del señor, al esconder a su hijo y desarrollar un plan basado en la promesa hecha por Dios de preservar a los que en él cree. Tú y yo, querido hermano y hermano, somos desafiados en este día:
En primer lugar, a mantener en nuestro corazón encendida la esperanza a través de una promesa que se mantiene viva nuestra memoria.
Y en segundo lugar, a no quedarnos de brazos cruzados, solo albergando esperanza, sino a fraguar con acción la seguridad que llena de confianza nuestro corazón. Al igual que los padres de Moisés, creamos fielmente las promesas del Señor, y la manera de demostrar que hemos creído es cuando estemos dispuestos a obrar proporcionalmente a esa creencia.
Que el Señor nos bendiga y nos ayude en todo tiempo…